Orígenes Uno de los primeros avances científicos que llevó
directamente al desarrollo del cine fueron las observaciones de Peter Mark Roget,
secretario de la Real Sociedad de Londres, que en 1824 publicó un importante trabajo
científico con el título de: "Persistencia de la visión en lo que afecta a los
objetos en movimiento", en el que establecía que el ojo humano retiene las imágenes
durante una fracción de segundo posterior al momento en que el sujeto deja de tenerlas
delante. Este descubrimiento estimuló a varios científicos a inventar diversas vías
para demostrar el principio.
Los primeros experimentos Tanto en los Estados Unidos como en Europa, se
animaban imágenes dibujadas a mano como forma de diversión, empleando dispositivos que
se hicieron populares en los salones de la clase media. Concretamente, se descubrió que
si 16 imágenes de un movimiento que transcurre en un segundo se hacen pasar sucesivamente
también en un segundo, la persistencia de la visión las une, haciendo que se vean como
una sola imagen en movimiento. En aquellos mismos años, William Henry Fox Talbot en
el Reino Unido y Louis Daguerre en Francia trabajaban en un nuevo descubrimiento que
posibilitaría el desarrollo del cinematógrafo: la fotografía, ya que sin este invento
previo no existiría el cine. Hacia 1852, las fotografías comenzaron a sustituir a los
dibujos en los artilugios para ver imágenes animadas. En 1861 el inventor estadounidense
Coleman Sellers patentó el kinematoscopio, que lograba animar una serie de fotografías
fijas montadas sobre una rueda giratoria con paletas. En los salones de pintura, el
kinematoscopio mostraba todavía de un modo rudimentario las fotografías para el público
proyectándolas a gran velocidad sobre una pantalla. A medida que la velocidad de las
emulsiones fotográficas aumentó, fue posible fotografiar un movimiento real en vez de
poses fijas de ese movimiento. En 1877 el fotógrafo angloestadounidense Eadweard
Muybridge empleó una batería de 24 cámaras para grabar el ciclo de movimientos del
galope de un caballo.
Thomas Alva
Edison y William K.L. Dickson Hasta 1890, los científicos estaban interesados
principalmente en el desarrollo de la fotografía más que en el de la
cinematografía. Esto cambió cuando el antiguo inventor y entonces ya industrial Thomas
Alva Edison construyó el Black Maria, una casucha cerca de West Orange, Nueva Jersey, que
se convirtió en los laboratorios donde realizaba sus experimentos sobre imágenes en
movimiento y el primer estudio de cine del mundo. Edison está considerado por algunos
como el diseñador de la primera máquina de cine, el kinetoscopio, pero en realidad ni
fue él el inventor ni el invento era propiamente una cámara de cine. Su ayudante,
William K.L. Dickson fue quien hizo en realidad casi todo el trabajo, diseñando el
sistema de engranajes, todavía empleado en las cámaras actuales, que permite que la
película corra dentro de la cámara, e incluso fue él quien por vez primera logró en
1889 una rudimentaria imagen con sonido. El kinetoscopio, patentado por Edison en 1891,
tenía unos 15 metros de película en un bucle interminable que el espectador
individual tenía que ver a través de una pantalla de aumento. El artefacto,
que funcionaba depositando una moneda, no puede considerarse por tanto un espectáculo
público, y quedó como una curiosidad de salón que en 1894 se veía en Nueva York, y
antes de finalizar ese año en Londres, Berlín y París.
Los hermanos
Lumière Los experimentos sobre la proyección de imágenes en
movimiento visibles para más de un espectador se estaban desarrollando simultáneamente
en Estados Unidos y en Europa; en Francia, a pesar de no contar con la gran
infraestructura industrial de Edison, los hermanos Louis y Auguste Lumière llegaron al
cinematógrafo, invento que era al tiempo cámara, copiadora y proyector, y que es el
primer aparato que se puede calificar auténticamente de cine. Por lo que la fecha de su
presentación pública, el 28 de diciembre de 1895, y el nombre de los inventores son los
que han quedado reconocidos universalmente como los iniciadores de la historia del cine. Los hermanos Lumière
produjeron además una serie de cortometrajes con gran éxito, de género documental, en
los que se mostraban diversos elementos en movimiento: obreros saliendo de una fábrica,
olas rompiendo en la orilla del mar y un jardinero regando el césped. Uno de sus
cortometrajes más efectistas para demostrar las posibilidades del nuevo invento fue el
que mostraba a un tren correo avanzando hacia el espectador, lo que causó el susto de los
que lo veían. El cine que se producía mientras en el estudio de Edison era más teatral:
números circenses, bailarinas y actores dramáticos que actuaban para las cámaras. Pero
para entonces el equipamiento elemental ya había sido estandarizado siguiendo el modelo
del cinematógrafo de los hermanos Lumière, y las películas se comenzaron a
comercializar a escala internacional.
Las primeras películas En 1896 el ilusionista francés Georges Méliès
demostró que el cine no sólo servía para grabar la realidad, sino que también podía
recrearla o falsearla. Con estas imaginativas premisas, hizo una serie de películas que
exploraban el potencial narrativo del nuevo medio, dando inicio al cine de una sola
bobina. En un estudio en las afueras de París, Méliès rodó el primer gran filme puesto
en escena cuya proyección duró cerca de quince minutos: L'Affaire Dreyfus (El caso
Dreyfus, 1899) y filmó Cendrillas (Cenicienta, 1900) en 20 escenas. Pero sobre todo a
Méliès se le recuerda por sus ingeniosas fantasías como Viaje a la luna (1902) y
Alucinaciones del barón de Münchhausen, en las que experimentaba las posibilidades de
los trucajes con la cámara de cine. El estilo documentalista de los hermanos Lumière y las
fantasías teatrales de Méliès se fundieron en las ficciones realistas del inventor
estadounidense Edwin S. Porter, a quien se le atribuye en ocasiones la paternidad del cine
de ficción. Trabajando en el estudio de Edison, Porter produjo la primera película
estadounidense interesante, Asalto y robo de un tren, en 1903. Esta película, de 8
minutos, influyó de forma decisiva en el desarrollo del cine porque incluía innovaciones
como el montaje de escenas filmadas en diferentes momentos y lugares para componer una
unidad narrativa. Al hacer esto, Porter inició el montaje, uno de los fundamentos de la
creación cinematográfica, proceso en el que diferentes fragmentos elegidos de las
diversas tomas realizadas o disponibles se reúnen para conseguir un conjunto
coherente.